lunes, 5 de abril de 2010

Chechenia: un sangriento conflicto en el Cáucaso

De Luciano Cogoma
“Aniquilar a los terroristas”, es la frase con la que el primer ministro ruso, Valdimir Putin, levanta la bandera de una nueva cruzada para incursionar sobre Chechenia. Como en cada conflicto que se genera hay quienes intentan capitalizarlo, y el ex agente de la KGB busca de esta manera que los atentados de la última semana (que dejaron decenas de muertos), adjudicados a los rebeldes chechenos, sirvan para elevar el nivel de apoyo a su gobierno uniendo al pueblo ruso en contra de un enemigo común.

Contextualizando, esta no es la primera vez que Putín intenta sacar provecho del conflicto en el Cáucaso. En 1999, cuando comenzó su primer mandato como presidente de la Federación Rusa, el mayor argumento que esgrimió en su campaña fue la mano dura contra los focos separatistas, en su mayoría musulmanes, que no querían depender de la administración de Moscú. Sin embargo no fue exitoso en su plan y de su gestión se recuerdan atentados como los de septiembre del ´99, que dejaron 293 muertos, el del Teatro de Moscú, en octubre de 2002, donde murieron 130, y el de la escuela de Beslán, en septiembre de 2004, con 330 víctimas, entre otros de igual magnitud.




También se recuerda la incursión militar en tierras chechenas que dejó un saldo incalculable hasta el momento de víctimas fatales, de la cual distintas organizaciones, dependiendo sean pro-chechenas o pro-rusas, estiman que los muertos como mínimo se cuentan en decenas de miles y hay quienes contabilizan cientos de miles. Sumado a esto, otra cantidad considerable de refugiados que no baja de los doscientos mil, y cientos de denuncias de violaciones a los derechos humanos que le costaron a Rusia el repudio internacional.




Sin embargo la zona del Cáucaso no es un problema exclusivo del actual primer ministro, sino que para entender la realidad que sucede hoy se debe remontar a mediados del siglo diecinueve, en donde el zar Nicolás I quiso invadir los territorios del Cáucaso para frenar la avanzada del Imperio Otomano. Siempre ha sido motivo de disputa, ya sea por cuestiones geo-estratégicas o por los yacimientos petrolíferos que posee; y su pueblo, un escollo fortísimo para las pretenciones anexionistas de cualquiera que se le enfrente.

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