lunes, 10 de mayo de 2010

Continua el desastre ambiental en EEUU






"Un desastre medioambiental potencial y masivo sin precedentes", así catalogó el presidente Barak Obama a la exploción del 20 de abril donde murieron 11 trabajadores de una plataforma petrolífera perteneciente a la British Petroleum (BP).

Aunque todavía no se dieron a conocer las causas de la tragedia la mancha de petroleó se extiende rápidamente por las costas del Golfo afectando a más de 34 mil aves y al resto de la fauna maritima como delfines y tortugas que se encuentran dentro de los 74 mil kilómetros cuadrados afectados.

Los Estados Unidos ya habían vivido un desastre similar en 1989 cuando en Alaska el buque Exxon Valdéz derramó casi 42 litros de petróleo y dejó mil 600 kilómetros de costa contaminados.

En este caso "British Petroleum es el responsable ante la ley de todos los costos y operaciónes de limpieza pero estamos listos para ayudar", declaró Obama.

Las costas de Misisipi, Luisiana, Florida y Alabama recibirán esta semana la marea negra. Se calcula que ya son 9,5 millones de litros los que invaden las aguas del Golfo de Méjico


mientras que la BP intenta sellar las tres fisuras que se encuentran a mas de 1500 metros de profundidad. Mas de 16 mil efectivos de la Guardia Nacional se movilizaron a las costas más affectadas para limpiar a los animales afectados.


Una carta mal jugada


Cuando Barak Obama intentaba ganar un lugar en la Casa Blanca informó que quería reducir las impontaciones del crudo que hoy llega a un 65% ya que desde 1971 la producción estadounidense decrece notablemente.


El 60% proviene de los países del Medio Oriente que se encuentran en conflicto casi constante y por lo tanto no aseguran el suministro del crudo.


Justo un mes antes de la explosión el presidente había firmado la exploración mar afuera que estaban suspendidas. También había proyectado darle un impulso militado a la energía nuclear como parte de una reforma energética.







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