miércoles, 16 de junio de 2010

Corea: reminiscencias de guerra fría

La península de Corea es la zona, en proporción, más militarizada del planeta. Se encuentra en constante tensión y riesgo de colapso. Separados por el paralelo, intereses económicos y geopolíticos, armas nucleares y miles de tropas esperando que la voz de mando envíe la orden conforman un cóctel que, sin duda, puede desencadenar en un conflicto que involucraría al mundo entero.

El siglo XX vio comenzar la Guerra Fría entre la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas y Estados Unidos (EUA), pero a casi 65 años de su comienzo, se encuentra aún vigente y en pugna por el último bastión: Corea. EUA sigue siendo uno de los protagonistas, pero por el otro bando China ha tomado el liderazgo, y es así como la Berlín oriental y occidental se encuentra fielmente reflejada en Corea del Norte y Sur, respectivamente.

El coordinador del programa Asia-Pacifico y del grupo de investigación de la misma área, en el Centro Argentino de Estudios Internacionales, Gustavo Cardozo, explica el trasfondo del poder intimidatorio que posee un país pequeño y tan empobrecido: “Corea del Norte no es una real amenaza para Estados Unidos por sí sola, el régimen norcoreano –comandado por Kim Jong Il- es un satélite de China, y ésta lo utiliza para frenar la injerencia norteamericana en la zona. A Beijing no le conviene que se reunifique la península, porque de esta manera significaría que Corea del Norte ceda ante el sistema de Corea del Sur y entonces tendría un serio competidor en materia económica y militar en la región.

Estados Unidos se ha inmerso en Corea del Sur, y cuenta a ésta y a Japón como aliados incondicionales para su dominio del mundo. Al poseer presencia física en la región –por ejemplo dispone de 32 mil soldados en Corea y bases militares en Okinawa- disputa el control de la ruta energética marítima fundamental de Asia-Pacífico, entre otros puntos estratégicos.


Ernesto Fernández Taboada, Director de la Cámara de Comercio Argentina – Asia Pacífico, y coordinador del grupo de estudios de misma área, disiente que el objetivo de EUA sea consolidar intereses propios sino que lo atribuye a controlar la amenaza nuclear importantísima que representa Corea del Norte. Además, afirma: “Norcorea no es un satélite chino, y la reunificación de la península es inevitable, ya que tanto EUA como China así lo desean, y solo basta con que el actual líder muera y asuma el sucesor, uno de los hijos de Kim Jong Il, que gobernará con mano blanda”.

Analizando ambos criterios, Gustavo Girado, docente de posgrado del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata y antes de la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, opina que: “Claramente hay espacios de acuerdo entre China y EUA para enfrentar el conflicto con Corea, pero ninguna de las dos potencias se asociarán para tratar el problema, ni tampoco Norcorea comprende un satélite de China para limitar el poder estadounidense”.

Girado también critica a los anteriores especialistas: “No se pueden hacer análisis esquemáticos sobre la situación, la realidad es muy compleja y se debe contemplar la cantidad de matices que el conflicto conlleva. Tampoco la reunificación se puede programar, lo único que se, es que es imposible a corto plazo, y llegará cuando la comunidad internacional le haga sentir el rigor al régimen de Kim Jong Il”.




A pesar de las distintas posiciones tomadas sobre el conflicto, lo cierto es que la península de Corea está al borde del colapso, y como lo dijera el ex presidente estadounidense Bill Clinton, en una visita oficial, la zona representa el lugar más espeluznante de la tierra.

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