martes, 15 de junio de 2010

La segunda Guerra Mundial en primera persona






En una casa de rejas verdes en el tranquilo barrio de Palomar, Angelin y Cesira Botos de 94 y 89 años miran de lejos las fotos de toda una vida. Pasan los años y recuerdan cada vez con más nostalgia aquella Italia que los vio crecer, que les dio poco y les reclamó demasiado.

¿Donde estaban ustedes cuando comenzó la II Guerra Mundial?



A:
Yo estaba tranquilo trabajando en la casa de un primo en Udine y vinieron a avisarme que tenia que entrar en el servicio militar, pero tuve suerte. Un medico amigo de mi papa me diagnostico no sé qué cosa y me quedé como ayudante en la enfermeria.
C: en mi casa lo único que haciamos era cocinar, bordar y pensar en que algún día se iba a terminar todo. Yo vivia en Pordenone que queda al lado de Udine. Como era la más grande de 8 hermanas habia que seguir adelante, hasta que se pudiera.



¿Cómo era un día en la enfermería?

A: Llegaban los heridos y había que amputarlos, atenderlos, medicarlos...yo estaba en el lado italiano que estaba muy pegado con Alemania y como estabamos perdiendo los heridos llegaban cada dos por tres. Aprendí todo en la práctica e intentaba no pensar en nada y dejar que pasen los días.


¿Como se conocieron?


A: Un dia nos presentaron en la casa de un primo de ella, estabamos en guerra todavía.
C: Estuvimos de novios 3 meses por carta. No estaba segura de nada. Nunca sabia si me iba a casar o no, hasta que un día él llegó y nos casamos, pero la guerra seguía.

¿Qué pasó cuando la guerra terminó?



A: No había trabajo, no había solución tampoco. La guerra terminó en el 45 y en el 49 agarramos nuestras cosas y a nuestra primer hija, Liliana y nos fuimos.
C: Estuvimos 21 dias en el barco “Salta”, salimos desde Genova. –Hace un silencio largo mientras él mira las fotos blanco y negro y ella se limpia los ojos vidriosos casi a punto de llorar-. Nadie queria que vinieramos a Argentina porque decian que era lejos. Volvimos a Italia en el 80, sólo a visitar y aunque nos pedían que nos quedemos ya habíamos decidido que la Argentina es nuestra casa.



¿A dónde fueron cuando llegaron?

C:Teniamos una tia en Devoto. Ella nos prestó una habitación chiquita y de ahi Angelin empezó a trabajar como albañil, pintor, carpintero, lo que había lo aprovechabamos.
A: No era el trabajo más lindo, era un trabajo duro pero gracias a eso después tuvimos nuestra casa, vinimos con una mano adelante y otra atrás y la Argentina nos dio de comer.












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